16 de diciembre de 2025

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LA BARIGÜÍ SE VOLVIÓ A INSTALAR COMO UNA PROBLEMÁTICA

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“Molesta como mosca de verano”. La sentencia no alcanza para abarcar las dificultades que arrastra la presencia de una plaga incómoda y nociva que se extiende esta primavera sobre la cuenca del río Salado, en el corazón de la pampa bonaerense.

Favorecida por la inundación y el exceso hídrico se volvió a instalar en municipios ribereños un insecto que fastidia y además muerde: es el barigüí o «mosquita negra», un insecto casi invisible que trastorna los planes de pescadores, turistas y vecinos acostumbrados a disfrutar del aire libre.

“La especie comenzó a aparecer acá hace 15 años. Proviene de Salta, Chaco y Corrientes, pero las reiteradas inundaciones favorecieron su llegada a esta zona”, explicó Juan José García, del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), un instituto que pertenece a la Universidad Nacional de La Plata y a la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) provincial.

La “mosca negra” es resistente a los repelentes y por eso las autoridades recomiendan el uso de ropas claras, de mangas largas, sin exponer zonas sensibles del cuerpo. Sugerencias poco amigables para esta época del año. Pero hay un dato que García resaltó: el bariguí no transmite enfermedades. O sea no es “vector”, como los mosquitos de la familia aedes aegypti, que pueden transmitir el zika o chikungunya.